Salud
Aunque todos los golpes en la cabeza son motivo de preocupación, existen algunos que pueden llegar a generar alteraciones anatómicas o funcionales en el cerebro y poner en riesgo la vida de la persona. Estos casos se conocen como Traumatismos Encéfalo Craneano (TEC), una lesión que se puede manifestar como abierta o cerrada y que debe ser monitoreada rápidamente por un servicio de urgencias.
El cerebro es uno de los principales órganos del cuerpo, ya que controla sus funciones motoras, sensitivas y cognitivas, además de ser el responsable de la producción de hormonas. Pese a que está protegido por el cráneo, los golpes y movimientos bruscos pueden gatillar daños tanto a nivel anatómico como en las estructuras que lo rodean, generando un Traumatismo Encéfalo Craneano (TEC).
“Hablamos de TEC abierto cuando existe exposición de masa encefálica. Es decir, hay un trastorno anatómico importante y el cerebro se ve. Por otro lado, en un TEC cerrado el golpe puede generar daño funcional o una hemorragia por ejemplo, pero el cerebro no queda expuesto”, detalla la directora de la Central Médica de Help, Dra. Katherin Falck.
No obstante, la gravedad de estos traumatismos no está necesariamente determinada por estas características. En ocasiones, una lesión cerrada puede implicar un mayor nivel de compromiso en las funciones del cerebro. Es por esto que en poblaciones de riesgo, como menores de dos años, adultos mayores y pacientes que toman anticoagulantes, la consulta debe ser proactiva, sin esperar a que se manifiesten síntomas.
Por otro lado, si después de un golpe en la cabeza la persona presenta pérdida de conciencia, vómitos explosivos, sangramiento o secreción de un líquido transparente por el oído, es necesario acudir a un servicio de urgencia. De no presentar estos síntomas, de todas formas es conveniente observar al individuo durante las próximas 48 horas, en caso de que aparezcan las siguientes señales de compromiso en el estado de conciencia:
-Tendencia a la somnolencia.
-Dolor de cabeza intenso.
-Mareos o visión doble.
-Dificultad al caminar.
-Morado alrededor de ambos ojos o atrás de las orejas.
-Al palpar la zona del golpe, existe un hundimiento, ya que lo común o esperable es que se forme un hematoma.
Los riesgos que debemos considerar
Las primeras consecuencias de un TEC son las alteraciones neurológicas inmediatas, que pueden ser resultado del daño anatómico que genera el golpe. Sin embargo, este traumatismo también puede producir un edema o el aumento de la presión dentro del cráneo, una estructura que al ser rígida, genera el fenómeno de hipertensión endocraneana y si no se trata a tiempo puede derivar en la muerte del paciente.
Por ello, algunos TEC sólo se observan y se monitorea fundamentalmente que no aparezcan signos de hipertensión endocraneana. “En otros casos, cuándo se presenta esta condición, uno debe drenar el hematoma o utilizar medidas que vayan dirigidas a disminuir la presión dentro del cráneo”, advierte la especialista.
